MERCEDES RAMÍREZ (LA RUBIA) COMBATIENTE CIEN POR CIEN.
Por Tirso Medrano.
Cuantos hombres y mujeres combatientes y no combatientes admiraban el valor y la personalidad de Mercedes Ramírez, conocida como La Rubia, desde el 24 de Abril fue el timón de la revolución en el Ensancha La Fe, Villa Consuelo, Villa Juana, Villas Agrícolas y Villa Francisca. Ella con 16 años de edad, el 25 de abril había formado una trinchera en la Av. San Martin esquina Av. Máximo Gómez, donde armada de un machete registraba los vehículos que por allí pasaban. Fue de la que el 30 de abril, formando parte del comando Cucaracha 20, desalojo a los guardias del CEFA, de la fábrica de clavo en la Av. Máximo Gómez. El 15 y el 16 de junio, peleo como una brava que era, enfrentándose a los soldados anti pueblo del Centro de Enseñanza de la Fuerzas Armada. CEFA y a los soldados americanos de la Fuerza Interamericana de Paz. FIP. Todavía los viejos moradores de los barrios de la parte alta de la ciudad, la recuerdan con su correa de balas, un revolver en el cinto y un fusil Máuser al hombro. Ella narra en el libro Mujeres de Abril, escrito por Margarita Cordero, los siguientes: ¨…porque lo primero que se le dio a la gente fueron machetes, pues quienes tenían los hierros eran los militares que estaban de parte de nosotros. ¿Tú comprendes? Esos machetes…de esos primeros machetes toqué yo uno, que fue lo primero que conseguí. En ¨Operación Limpieza¨, fue que yo conseguí un fusil máuser, pero para eso tuve que esperar que mataran a otro. ¿Tú ves?: tener el valor de esperar que mataran a uno contrario para coger yo el fusil y seguir adelante. Porque al principio a nadie se le dio hierros; solo se les dio a los que estaban conscientes del movimiento, y yo estaba desubicada, no estaba consciente de nada….Recuerdo los días de la ¨Operación Limpieza¨, ¨Eso fue terrible para nosotros. Esa multitud de guardias…ya tu sabe cómo nosotros nos la ¨bandeábamos¨ ahí, hasta con pocos proyectiles. Te digo que cuando ¨Operación Limpieza había una ¨30¨ pesada que teníamos en la esquina y no tenía la correa de los tiros; la cosa donde agarra para que vayan los tiros se había partido, y mientras el compañero manipulaba la ¨30¨, yo estaba acostada en el suelo, así, levantando con la mano la correa de los ¨ plomos. Cuando ya no pudimos más, cuando nos dimos cuenta de que hay por ese lado estábamos perdidos, que teníamos obligatoriamente que irnos, fue cuando yo me entre a la casa de la señora que estaba parida de cinco días. Pero yo era la única mujer en el comando¨.
El combatiente conocido como Bobby Dog nos relata que: -En la calle José Martí esquina calle 11, habían unos guardias del CEFA, enfrentados con una avanzada de jóvenes y militares constitucionalista. Veo en el grupito bajo un aguacero y una lluvia de plomo a una mujer blanca combatiente, que le decían La Rubia, agachada con un fusil G-3, en la puerta de un callejón que hasta se le veían los panty. Me dije, pero si esta mujer está peleando como un hombre, yo puedo también; me quedaban 5 tiros y me integre al grupo de combatiente-.
Se comenta en Villas Agrícolas, que cuando se decía por ahí viene la Rubia, los soldados del CEFA, huían despavoridos. Ella nos cuenta que ¨….cuando caía un compañero era cuando de verdad yo recobraba valor, porque yo decía que yo tenía que vengarme la muerte de ese compañero. Es que te digo que la sangre me ponía que lo que yo quería era echar pa´ adelante, acabar con toda esa gente, tirarle una bomba y acabar con ellos¨.
Ya en la Zona Constitucionalista, se creó la Academia Militar 24 de Abril, dirigida por cuadros masculinos y femeninos de los partidos. Mujeres valientes pero que nunca estuvieron en los combates tales como: Piky Lora, Sagrada Bujosa, Aniana Vargas, Teresita Espaillat, Leopoldina Restituyo, Brunilda Amaral, Lourdes Contreras y otras cuyos trabajos eran también importante. La Rubia, combatió en las trincheras; en los callejones de la parte alta de la ciudad. Donde los enemigos de la Patria estaban apertrechados con suficientes bombas, granadas, fusiles, ametralladoras y bazucas. Apoyados por las gendarmerías de la potencia más poderosa del mundo.
La Rubia, a escondida en la Academia enseñaba a disparar a las mujeres del pueblo que llegaban. Ella nos cuenta que ¨……recuerdo que llegaban grupito y yo era quien le decía: mira, esto es así. Yo me subía a la azotea con mi fusil, y yo misma les decía: miren esto se carga así. Esta es la aguja de percusión, esto…y yo desarmaba, y les decía: este es el resorte que da la fuerza. Me ponía a decirles y echaba el día, cuando no tenía servicio temprano, echaba el día en la azotea diciéndoles. Te digo que mi fusil yo no lo aflojaba para nada; ese era mi compañero. Ese era mi todo¨.
La Rubia, fue el talón de Aquiles de los guardias del CEFA, en Operación Limpieza. Fue una mujer que descubrió en la Revolución de Abril su propio yo. Su sentido de luchar contra las injusticias sociales. En el libro Mujeres de Abril de Margarita Cordero, ella la Rubia nos dices: ¨…a mí me gusta la revolución, me gusta la guerra. Cuando se habla de guerra en otro sitio yo siempre vivo diciendo ¿Por qué no me llevan a mí? Brunilda Amaral nos cuenta ¨De una solamente recuerdo que le decían ¨La Rubia¨. De las otras que estaban en la Academia no recuerdo para nada sus nombres, y eso sí que lo lamento, porque hicieron más que todas nosotras. No porque hayan tirado tiros, sino porque trataron, además, de ser, de comunicarse, de decir sus experiencias, de decir sin rubor que habían sido prostitutas o que eran prostitutas, y respetarse¨. Luego continua diciendo: ¨ y ahí radica el valor de todas estas mujeres, que andaban con un fusil, no aceitado, sino para disparar con él. La Rubia por ejemplo, decía ¨Yo tengo un hijo que no sé qué será de él porque mi hijo vive con mi mamá y ella no sabe dónde estoy¨.
De ella nos cuenta el combatiente Fidel Guzmán Soto: -El 28 en la noche me llevan una mujer detenida; era joven, blanca, rubia y llenita. Andaba con un pantalón verde y una camisa color caqui. Al otro día como yo era el Comisario Político, la mande a buscar y empecé a orientarla sobre el momento político que estaba viviendo el país y cual debía de ser el papel de la mujer en una revolución. Ese mismo día ella ingreso al comando. Yo le di un fusil Máuser; se llamaba Mercedes Ramírez, su apodo de guerra: ¨La Rubia¨. Era la única mujer combatiente que tenía el Comando Cucaracha 20. Se convirtió en el azote de los guardias y los gringos. Dio clase de valor y patriotismo en todas las batallas que tuvimos. Nunca dejo un compañero herido o muerto en el combate. Fue un combatiente excepcional-.