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Desaparece el piloto Gerald Lester Murphy, piloto que trajo al país a Jesús de Galíndez.



Concluida la “Operación Galíndez” en forma hasta cierto punto exitosa, el piloto Gerald Lester Murphy se radicó temporalmente en el país. 


Ingresó como copiloto a la Compañía Dominicana de Aviación con un sueldo privilegiado, superior incluso al de algunos pilotos profesionales con mucha mayor experiencia. 


Murphy, joven inexperto, malinterpretó el trato especial que le dispensaba el gobierno de Trujillo.


 Y como desconocía cuál había sido realmente la misión para la cual fue contratado, jamás sospechó que su nuevo status en el país obedecía a una estratagema oficial para mantenerlo vigilado y bajo control mientras el caso Galíndez perdía vigencia en los medios de comunicación norteamericanos.


Sin embargo, tan pronto se hizo evidente la fecha en que desapareció Galíndez -el mismo día en que Murphy pilotó un avión para República Dominicana-, este reconoció que el “paciente” en fase terminal que tuvo como pasajero, era precisamente el profesor vasco. Sea porque tal sospecha lo asustara (pues acaso no habría aceptado dicho trabajo de saber que se trataba de un secuestro), lo cierto es que Murphy incurrió en el error de hablar más de la cuenta y cometió no pocas indiscreciones que le costaron la vida. Como copiloto, Murphy realizaba “trabajos especiales” que le asignaban los servicios de espionaje de la dictadura. En principio, su contacto principal era el coronel Salvador Cobián Parra, a la sazón encargado de Inteligencia Militar, y con quien entabló especial amistad.


Cuando se decidió eliminar físicamente a Murphy, al parecer Cobián tuvo dudas para cumplir tan severa encomienda. Entonces, sorpresivamente, el 28 de noviembre de 1956, el propio coronel Cobián Parra fue asesinado en su oficina por un sujeto no identificado.


La noticia alarmó tanto a Murphy, que le confesó a un amigo: “Dios mío, qué voy a hacer ahora. Ellos han asesinado a mi protector”. Entonces el joven piloto decidió abandonar el país: renunció de la CDA y se dispuso a vender su vehículo y otras pertenencias, pues tenía planes de casarse y radicarse en Miami.


El 4 de diciembre de 1956, es encontrado abandonado, cerca de Ciudad Trujillo, el coche del piloto estadounidense Gerald Lester Murphy. 


Bajo la presión de los familiares, sus representantes en el Congreso y el Departamento de Estado de EE.UU., se presionó al gobierno dominicano para que se determinara su paradero. 


El gobierno sugirió que Octavio de la Maza, también piloto de CDA, y Murphy tuvieron una pelea, como resultado de la cual Murphy cayó de un acantilado en el Mar Caribe. 


De la Maza fue detenido y encarcelado, pero se negó a admitir cualquier implicación. 


El 7 de enero de 1957, fue encontrado ahorcado en su celda con una nota de suicidio y un reconocimiento de participación. 


Sin embargo, las circunstancias de su "suicidio" daba a entender que fue "puesta en escena" y su nota fue declarada falsa por el FBI. 


En un juicio en los EE.UU. contra John J. Frank, en noviembre de 1956, como agente no registrado del gobierno dominicano, se permitió establecer una conexión entre Jesús de Galíndez, desaparecido en Nueva York meses antes, y Lester Murphy. 


En el mismo se afirmó que Galíndez había estado siendo vigilado por el gobierno dominicano durante algún tiempo, por escribir una tesis sobre Trujillo y su familia. 


Los agentes del gobierno dominicano habían ofrecido 25.000 dólares para comprar el manuscrito, pero Galíndez se había negado. Así que, Trujillo decidió que Galíndez tenía que morir.


Murphy fue asesinado y su cadáver nunca fue encontrado


Texto: Juan Daniel Balcacer