En el mes de la familia

Por: Esther Rodriguez
En el mes de la familia, mi primera reflexión basada en los hechos de violencia que tanto nos afectan hoy, y recordando que el entorno familiar, es donde nos formamos y somos moldeados.
Escuché hace tiempo esta frase : "La felicidad no consiste en amar lo que deseas, sino, en amar lo que tienes".
La vida se basa en decisiones, y por lo general las tomamos nosotras mismas, y respecto al amor también. No podemos buscar culpables por no tomar decisiones correctas, ni atacar al elegido porque nos sintamos insatisfechas.
Creo sin temor a equivocarme, que todo ser humano, hijo-hija, proveniente de una familia, se sentirÃa totalmente satisfecho teniendo y disfrutando la vida y estabilidad matrimonial de sus padres y la armonÃa de su entorno familiar nuclear, pero hemos aprendido a usar tantas máscaras en el trayecto de la vida, que no nos percatamos ni distinguimos que el problema está en nosotras mismas.
La competencia, la vanidad y la búsqueda de lo superficial y hasta de sentirnos importantes, admirados y reconocidos, es una evidente muestra del vacÃo de un entorno familiar saludable, de la carencia del sentido de pertenencia, del afecto que recibimos y aprendemos a reconocer en el entorno familiar y llegamos a la relación con estas ausencias que son imposibles de advertir sino tenemos conciencia de ello, y cuando sale a la luz la provocación, los resultados del enojo, rechazo, violencia no se hacen esperar y todo ello desenlace de toda una escalada de hechos y reacciones que salen del back up que todos tenemos.
Al final lo cierto es, que ningún éxito en la vida, justifica un fracaso en la familia, porque es la familia, nuestra principal empresa.