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LA RIDICULEZ DE UN GRAN RIDÍCULO.

Por: Germán Peña

LA RIDICULEZ DE UN GRAN RIDÍCULO.La es que el señor Gonzalo cree que, a esta fecha, los dominicanos nos vestimos con  "taparrabos"; pues de un día para otro cambia todas sus vestimentas; ya cambió sus costosas  chaquetas por sencillas camisas; ya sus dedos no  tienen sus variados anillos del mejor  oro; sus manos no portan sus codiciados  relojes y guillos; sus pies no los calza con sus ferraganos sino con sencillos zapatos comprados en cualquier esquina de Santo Domingo. Todos esos repentinos cambios me dicen que lo  del  predestinado Gonzalo no es más que LA RIDICULEZ DE UN GRAN RIDÍCULO.