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Julian Assange sacado de la Embajada de Ecuador en Londres

Julian Assange sacado de la Embajada de Ecuador en LondresArrastrado por la policía y aparentando muchos más que sus 47 años, Julian Assange fue sacado este jueves de la Embajada de Ecuador en Londres, donde se refugiaba desde el 19 de junio de 2012.
La justicia sueca ya no investiga las denuncias de acoso sexual y violación que había en su contra, pero ante el anuncio de que el país sudamericano le había retirado el asilo, la justicia británica desempolvó rápidamente una orden de captura contra el activista por no haberse presentado ante los tribunales en 2012.Ahora se le acusa de haber violado los términos de su libertad bajo fianza, a lo que se suma aquello que el fundador de WikiLeaks temía: un pedido de extradición de EE.UU. por una presunta conspiración para cometer una intrusión informática.Con la imagen de Assange con el pelo largo y blanco siendo jaloneado escaleras abajo hasta una furgoneta, Ecuador puso fin a casi siete años de protección al líder de la organización que se hizo famosa por revelar en 2010 miles de documentos secretos del gobierno estadounidense.
Pero la entrega del activista a Reino Unido también marca otro final según algunos analistas: el de la herencia política del expresidente Rafael Correa.

Una ruptura con el pasado

Durante una década (2007-2017), Correa se forjó la imagen de líder antiimperialista, que no se dejaba amedrentar por países más poderosos ograndes multinacionales.Subió al poder en tiempos en los que se hablaba de un giro a la izquierda en América Latina, con Evo Morales recién estrenado como mandatario en Bolivia y Daniel Ortega, en Nicaragua; con Luiz Inácio Lula da Silva reelegido en Brasil y Néstor Kirchner a punto de pasarle la batuta a su esposa, Cristina Fernández.
Y, por supuesto, con Hugo Chávez iniciando su tercer periodo presidencial.En ese contexto, Correa se embarcó en vistosas campañas de tono provocador. Una de ellas, fue la defensa del fundador de WikiLeaks, que según su gobierno corría el peligro de ser extraditado a EE.UU., algo que "podía poner en riesgo la vida de Assange o su libertad de forma permanente", según dijo entonces.
La estancia del activista en la embajada no parecía correr peligro cuando Correa dejó el cargo, ya que le sucedió quien hasta entonces era considerado su delfín: Lenín Moreno, quien había ejercido de vicepresidente en su gobierno durante seis años.
Sin embargo, al poco tiempo de asumir el poder, Moreno comenzó a dar pasos en dirección opuesta a los de Correa, tomando a todos por sorpresa.
Tras un largo deterioro de las relaciones entre ambos (que incluyen más de 500 denuncias de corrupción contra el régimen de Correa, según el propio Moreno), la retirada del asilo a Assange es vista por algunos analistas como la ruptura final con su antiguo socio.
Es un quiebre tan drástico que ha llevado a Correa a calificar a Moreno como el "traidor más grande de la historia ecuatoriana y latinoamericana".
"Para el gobierno es un paso más en el proceso de alejarse de decisiones tomadas en el gobierno de Correa y para Correa, es un paso más confirmando algo que piensa y ya dice: que Lenín Moreno es básicamente un traidor de lo que es la 'revolución ciudadana' desde su perspectiva", le dijo a BBC Mundo Jonas Wolff, experto del Instituto de Investigación de la Paz de Frankfurt (PRIF, por sus siglas en inglés).


"Desde Europa, el caso Assange fue muy visible y la decisión de Correa de enfrentarse a EE.UU. fue importante en ese entonces, pero eso está cambiando. Lenín Moreno no sigue ese tipo de posturas".Para Rogelio Núñez, investigador del Real Instituto Elcano en Madrid, lo sucedido el jueves es "un paso más dentro de la ruptura con el pasado que supone, para este gobierno al menos, Rafael Correa".
Una ruptura, no obstante, "bastante simbólica", según dijo Núñez a BBC Mundo: "Yo creo que sobre todo es simbólico de cara a la comunidad internacional... Julian Assange era un símbolo para Rafael Correa que le situaba en un espectro internacional y más cerca de unos aliados internacionales que de otros".Un símbolo, fundamentalmenteantiimperialista, anti Estados Unidos, que fue siempre una de las grandes banderas que tuvo Rafael Correa: todo su rechazo al neoliberalismo, que es toda una tradición en el correísmo, (su rechazo) a las políticas provenientes de EE.UU.".

Pasos más efectivos

Los expertos, sin embargo, coinciden en que Moreno dio hace poco otros pasos más importantes en su intento de desmarcarse de su antecesor.
Uno de estos fue la decisión de abandonar la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur), que tenía su sede en el propio Quito y en la que ya solo quedan como miembros activos Bolivia, Guyana, Surinam, Uruguay y Venezuela.
Fue una medida con la que, apuntó Núñez, Moreno "rompe con ese eje llamémosle bolivariano, chavista, socialismo del siglo XXI... Uno de cuyos integrantes era claramente Rafael Correa".
Fuente: BBC MUNDO