La intensa batalla en que acribillaron a Los Palmeros

El acontecimiento centró toda la atención mediática y pública de la época y demostró la firme determinación del régimen reformista de eliminar los focos de confrontación protagonizados por revolucionarios inspirados en la doctrina comunista, muy en boga entonces.
Los servicios de inteligencia habÃan localizado a Amaury Germán Aristy, lÃder de Los Palmeros, a Virgilio Perdomo Pérez, Ulises Cerón Polanco y Bienvenido Leal Prandy (La Chuta), quienes se habÃan ocultado en una casa ubicada en el kilómetro 14 y medio de la autopista Las Américas, huyendo de una persistente persecución, tras la ocurrencia de unos asaltos.
La vivienda fue sitiada el martes 11 de enero de 1972, a las 10:00 de la noche, aproximadamente. En la madrugada las autoridades aumentaron el cerco y llegaron a apostar a 2, 500 hombres, para combatir a los cuatro jóvenes, en lo que se ha considerado como uno de los combates más desiguales del pasado siglo XX.
Al empezar el 12 de enero se inició una encarnizada refriega entre los revolucionarios y tropas policiales, de la aviación, la marina y ejército. Las fuerzas oficiales eran dirigidas por los generales Neit Nivar Seijas y Ramón Emilio Jiménez hijo, jefes de la PolicÃa y del Ejército Nacional, en ese perÃodo. Los insurrectos fueron repelidos con fusiles, cañones de 105 mm, bazucas, morteros, helicópteros y un avión de bandera estadounidense.
Primero cayeron Leal Prandy y Cerón Polanco, el capitán Virgilio Féliz Almánzar y otros dos rasos. Mientras, se mantenÃan con vida German Aristy y Perdomo Pérez, quienes se refugiaron en una cueva, desde donde resistieron por más de diez horas.
Perdomo Pérez fue ultimado en las primeras horas de la tarde y posteriormente falleció Germán Aristy. Entonces se dijo que Los Palmeros les ocasionaron ocho bajas a las fuerzas represivas, dato que nunca fue confirmado.
La revista ¡Ahora!, No. 428, del 24 de enero de 1972, narró que los hombres resistieron “hasta horas de la tarde a todo un ejército que se fue haciendo cada vez más grande con refuerzos de la PolicÃa, la Fuerza Aérea Dominicana, el Ejército Nacional y la Marina de Guerra”.
“Aviones, tanques, carros de asalto, helicópteros, cañones, morteros y otras armas pesadas fueron desplazados para enfrentar a las dos jóvenes que finalmente cayeron como cayeron, además del capitán Almánzar Fernández, el teniente José Brito RodrÃguez y los rasos Benis Perdomo Ferreras, Héctor Inés Alcalá, José RodrÃguez Liriano, Daniel Pérez Corporán, MartÃn de Jesús Ortiz y Cristo del Rosario Pérez Cuesta”, relató la publicación.
Los medios, especialmente Radio Mil, Radio Comercial y otras emisoras que hacÃan transmisiones, daban cuenta de los sucesos y de las armas pesadas que se encontraban en el lugar, mientras la población se mantenÃa en vilo esperando el desenlace.
Paralelamente se producÃan manifestaciones estudiantiles en repudio al operativo oficial y en apoyo a Los Palmeros, en Ciudad Nueva, San Lázaro, San Miguel, San Carlos, Villa Francisca y en Villa Consuelo. La Universidad Autónoma de Santo Domingo también fue escenario de revueltas, por lo cual la policÃa rodeó el campus.
Pese a que el gobierno de Balaguer se negaba a entregar los cadáveres, finalmente fueron sepultados por los familiares de los caÃdos, luego de que finalizaran las marchas fúnebres en medio de tensiones, lloros, lanzamientos de bombas lacrimógenas y disparos.
Posteriormente, la policÃa publicó documentos que habrÃa incautado en el escondite del grupo que demostrarÃan que el asalto a The Royal Bank of Canada fue cometido porque el patrocinador extranjero le habÃa sido abandonado.
Los comandos de la resistencia dominicana, mejor conocido como Los Palmeros, fueron formados en diciembre de 1967 en Cuba, en una reunión encabezada por el coronel Francisco Alberto Caamaño, héroe de la revolución de abril y lÃder del desembarco guerrillero por playa Caracoles del 1973.
La misión del grupo era fungir de avanzada del proyecto insurreccional de Caamaño. Tuvo el apoyo del gobierno cubano y de revolucionarios dominicanos vinculados al movimiento 14 de junio, cuyo objetivo era combatir al régimen balaguerista, para instaurar en el paÃs un gobierno socialista.
Los Palmeros procedÃan de las filas estudiantiles y habÃan participado en la disputa contra los remanentes del trujillismo, en las movilizaciones contra el Triunvirato, en la guerra del 1965 y en otros episodios de la postguerra.
El grupo era liderado por Amaury Germán Aristy, nacido el 13 de abril de 1947, en Padre Las Casas, Azua. Tras mudarse a Santo Domingo con 14 años, el sureño se involucró en las actividades polÃticas de la Unión de Estudiantes Revolucionarios. Posteriormente, en la guerra de abril de 1965 fue jefe del comando de la calle José Gabriel GarcÃa esquina Espaillat, en Ciudad Nueva. Encabezó la delegación dominicana a la Conferencia Latinoamericana de Solidaridad, efectuada en La Habana en el 1967.
En la noche del 15 de julio de 1970, mientras se encontraba en la clandestinidad, Germán Aristy escapó de la vivienda en que se encontraba, bajo fuego de metralla, y disparando en defensa propia. En su huida quebró el cerco e hirió al sargento apodado Chichà Bolón, que luego se harÃa famoso por sus desmanes.
El 8 de noviembre de 1970 se produjo el asalto al The Royal Bank of Canada y la PolicÃa acusó del hecho a Germán Aristy, Plinio Matos Moquete, Harry Jiménez, Virgilio Eugenio Perdomo Pérez, Ulises Cerón Polanco, Bienvenido Leal Prandy (La Chuta) y otras personas.
En noviembre del 1971, la uniformada ofreció 5,000 pesos de recompensa para quien ofreciera informaciones que permitieran capturar al grupo e hizo innumerables allanamientos y operativos en Santo Domingo y otras localidades.
También se le acusaba del asalto a un camión que transportaba valores de la LoterÃa Nacional.
Mientras eran perseguidos, German Aristy le dirigió una carta al periodista Ercilio Veloz Burgos, quien habÃa sugerido a los jóvenes que se entregaran para salvarles la vida.
En cuanto a la recompensa ofrecida por la PolicÃa, dijo que esta pretendÃa comerciar con la sangre de sus hijos y enfatizó su determinación de combatir hasta el final. En la misiva también le expresó que no creÃa en las garantÃas que les ofrecÃa el gobierno balaguerista y ni en que les fueran a hacer un juicio imparcial.
Fuente Listin diario