Bolsonaro llega a la presidencia y suma a Brasil a la ola conservadora mundial

Jair Bolsonaro se convertió este martes en presidente de Brasil con una agenda social ultraconservadora y un programa de apertura económica y de alineamiento con Estados Unidos que promete sacudir la polÃtica interna y los equilibrios regionales de las últimas décadas.
Durante su discurso hizo un llamado a “liberar Brasil de la corrupción, la criminalidad” y “la sumisión ideológica”.
“Convoco a cada uno de los congresistas a ayudar en la tarea de libertad definitivamente al paÃs del yugo de la corrupción, de la violencia, de la sumisión ideológica”, declaró Bolsonaro, lÃder de la ultraderecha brasileña, ante el pleno del Parlamento.
A sus 63 años, este exparacaidista de ultra derecha, nostálgico de la dictadura militar (1964-1985) y con un historial de exabruptos misóginos, racistas y homófobos, asume las riendas de la mayor potencia latinoamericana, de 209 millones de habitantes.
Y lo hace con una fuerte legitimidad electoral, tras haber obtenido en octubre más de 57 millones de votos (55%) al derrotar al izquierdista Fernando Haddad, presentándose como un salvador en un paÃs agotado por los escándalos de corrupción, la violencia y la crisis económica.
Bolsonaro, 38º mandatario desde la proclamación de la República en 1889, llegó al Congreso en un Rolls Royce descapotable, junto a su esposa Michelle y escoltado por una guardia montada.
La comitiva avanzó por la Explanada de los Ministerios, aclamada por una multitud que pudo acceder al lugar en medio de estrictas medidas de seguridad.
Desde primera hora de la mañana, seguidores de Bolsonaro comenzaban a pasar los controles de seguridad de la Explanada de los Ministerios, donde son aguardadas cientos de miles de personas.
“Vine por el Mito [como llaman sus partidarios a Bolsonaro, ndlr]. Es algo que nunca vivimos antes en la historia de Brasil”, afirmó a la AFP Vandelice Morais, una profesora de 67 años llegada desde BahÃa (nordeste).
“Como yo, él coloca la familia, la patria y a Dios en primer lugar”, añadió bajo la fina lluvia que caÃa al comienzo del dÃa.
Bolsonaro, apodado el “Donald Trump tropical”, ha dicho que quiere lazos más próximos con Estados Unidos e Israel, formando una suerte de nuevo eje que rompe con décadas de polÃticas de centro-izquierda que buscaban reforzar los lazos Sur-Sur y posicionar a Brasil como una potencia capaz de dialogar con todos.
Esa ola antiglobalizadora, conservadora y a menudo cargada de tintes autoritarios ganó igualmente paÃses como Italia, HungrÃa, Polonia, Filipinas, Rusia o TurquÃa.
“Juntos, pero con otros paÃses como Estados Unidos, que piensan y tienen una ideologÃa parecida a la nuestra, lo tenemos todo para ayudarnos y hacer el bien para nuestros paÃses”, declaró Netanyahu el viernes en Rio de Janeiro.
Bolsonaro ha prometido trasladar la embajada brasileña de Tel Aviv a Jerusalén, un paso que podrÃa suponerle represalias comerciales de los paÃses árabes, grandes compradores de carne brasileña.
También ha anunciado la salida de Brasil del Pacto Mundial para la Migración de Naciones Unidas y ha amenazado con hacer lo propio con el Acuerdo de ParÃs contra el cambio climático.
Y está por ver qué tipo de relación quiere con China, el principal socio comercial de Brasil, después de acusar a PekÃn de “comprar a Brasil”.
A partir de este martes, Bolsonaro, que durante casi tres décadas fue un poco expresivo diputado, deberá demostrar si es capaz de poner en práctica sus promesas de desterrar los vicios de la vieja polÃtica brasileña y de sacar adelante sus programas de recortes fiscales y privatizaciones con los que sedujo a los mercados.
Su equipo de 22 ministros, entre ellos siete militares retirados, es una mezcla de conservadurismo moral con liberalismo económico.
Para asegurar la gobernabilidad, deberá mantener la convergencia de los lobbies transpartidarios que le dieron un apoyo clave en la campaña: los grandes productores agrÃcolas, las ultraconservadoras iglesias pentecostales y los defensores de la flexibilización de la posesión de armas.
En materia económica, su prioridad número uno es tramitar en el Congreso una reforma del sistema de jubilaciones para reducir su impacto en las cuentas públicas. Una medida altamente impopular.
En la última entrevista televisiva antes de fin de año, en la cadena Record TV, Bolsonaro se comprometió a “desburocratizar al máximo posible” y “sacar el peso del estado de encima de quien produce” para dinamizar la economÃa.
Aunque tras su victoria electoral prometió gobernar “sin distinción de origen, raza, sexo, color o religión”, en los últimos dÃas multiplicó comentarios belicosos en Twitter, su arma favorita de comunicación, al igual que Trump. AFP/por Jordi Miro
Fuente Listin diario