
Sucesora de los monitores de tubo, que tanto espacio ocupaban en
nuestros escritorios, pronto el LCD se impuso como el estándar en
absolutamente todos los ámbitos, llevándose por el medio a tecnologÃas
que ofrecÃan una significativa mejora en calidad de imagen como el
plasma.
El auge móvil catapultó la producción a los cientos de
millones de paneles anuales, pero todo llega a su fin. El LCD es una
tecnologÃa obsoleta por definición, que necesita una luz que
ilumine los pixeles y que nunca ha sido adalid de la mayor fidelidad de
color. Era suficiente para suplir las ambiciones de tecnológicas y
consumidores, pero en pos de la diferenciación, los grandes van a virar
hacÃa el OLED y derivados.
El primero es Apple, famoso por consolidar cuando ella cree oportuno
cualquier innovación. Estos paneles, mucho más costos de producir en
comparación con los LCD, no sólo serÃan más delgados y ofrecerÃan mayor
contraste: permiten introducir tecnologÃa entre cada subpixel. Una
posible aplicación es el lector de huellas integrado en ella gracias a
fotodiodos que pudieran leer la huella dactilar del usuario aunque esté
mojada. A su vez, podrÃa emplearse para eliminar el último escollo
mecánico de interacción entre teléfono y usuario: el botón central.